I travel because I have to, I come back because I love you. Otro viaje. No de 30 minutos, pero sí con el espíritu de estar en tránsito, hacia algo o hacia ningún lado. Una voz, una mujer. La salvación o la muerte final.
Film brasileño de la dupla Marcelo Gomes y Karim Ainouz. Participó del Festival de Cine de Lima. José Renato, geólogo de 35 años, es enviado a Sertão en el nordeste de Brasil. El objetivo de su viaje es valorar posibles rutas para construir un canal desde el único río importante de la región. A medida que avanza el trabajo de campo, se hace evidente que Renato comparte con esos lugares el mismo vacío, la misma sensación de abandono y aislamiento.
Su voz informa de los sentimientos que lleva en el viaje, de sus estados de ánimo, de su agobio ante el recorrido, de la nostalgia por una relación amorosa. Sobrevoz permanente de un personaje invisible.
Las imágenes muestran paisajes, la carretera, lugares resecos, moteles, algunos personajes que se encuentran de paso. Todo es frágil, todo es transitorio, todo es precario.
Tan precario como las imágenes que vemos, siempre inestables, modificándose de un encuadre al otro. Se multiplican los soportes, cambian las texturas cromáticas, aparece el grano y luego desaparece, se emplean diversos formatos de filmación, las fotografías fijas dan paso al registro digital, las imágenes lucen sobreexpuestas, los tonos saturados, la luz calcina la película, los filtros la alteran, de pronto se satura el color. Esta es una “road movie” de afectos en tránsito, tan cambiantes, inestables e inseguros como los soportes de la imagen cinematográfica, que aparecen aquí mezclados, promiscuos, también en tránsito.
FRANCO. Del germ. Frank: libre, exento. Sencillo, sincero, ingenuo y leal en su trato. Liberal, dadivoso, bizarro y elegante. Desembarazado. Libre, exento y privilegiado. Patente, claro, sin lugar a dudas.
CAVAGNARO: es un apellido italiano originario de Parma pero extendido en Liguria, donde existe un río con ese nombre. Existen datos desde el siglo XIV. Pasaron a América desde el siglo XVI y en mayor cantidad desde el siglo XIX a Estados Unidos, Argentina y Perú. Hay estudios sobre la rama peruana que inició un Angelo Cavagnaro, de San Andrea de Verzi, que llegó en 1852 con toda su familia.