TODO LO QUE MERECE EXISTIR Y SER AMADO
Después de la resaca de Año Nuevo estuve viendo un par de películas que a mi entender apuestan por el claro propósito de las buenas intenciones y la moralidad.
Diamante de sangre de
Edward Zwick es casi obvia en esto y, por el otro lado,
El niño de
Luc y Jean-Pierre Dardenne trata de ser bastante más solapa y convoca otras intenciones. ¿Cuál es el valor de este tipo de obras que apelan a la conciencia contra las atrocidades en la extracción de diamantes en el África o las responsabilidades de padres inmaduros en la crianza de sus hijos? ¿Purismo vs. Denuncia social? ¿Arte vs. ética?
¿Qué ocurre, por ejemplo, en los libros cuando se apuesta por la ética? ¿Cuántos de estos libros son piedra angular en el corpus de novelas u obras en el canon mundial? Estas preguntas, además, me las estoy haciendo después de leer
Beloved de
Toni Morrison, novela con la que esta escritora afroamericana ganó el
Pulitzer 1988. Y además como se recuerda la morocha ganó el
Nobel de Literatura 1993.
La trama de
Beloved (1987) se desarrolla básicamente en una casa: la 124 que alberga a Sethe y su hija Denver, años después del término de la
Guerra Civil. Un fantasma asola a las dos únicas habitantes y una afrenta las aísla de los demás negros del pueblo, las segrega a sus miedos y a la locura. Esto es más o menos lo que ocurre. Hay varios paralelismos que aquí convendría resaltar. Casi todos los personajes son errantes, negros que huyen de la esclavitud y están siempre asediados por sus captores. Huyen del abuso y de esa condición que Morrison se encarga muy bien de evidenciar, sobre todo, y me parece esto es lo más importante, por el mundo interior de los esclavos, por esa siempre esquiva condición de seres humanos dignos. Pero sobre todo huyen, y he aquí que esto se opone a la situación que comparten madre e hija en el 124. Han conquistado un lugar para permanecer, para dejar de huir. Pero aún así esta estancia es una purga: un purgatorio. Sethe tenía 4 hijos. Dos de ellos huyeron de la casa por los ataques del fantasma. ¿Quién es este fantasma? Es la hija que Sethe asesinó con sus propias manos porque no quería que compartiera el destino de esclavitud al que todos estaban sometidos. Lo contradictorio es que para ella ese acto es uno de suprema libertad. Decidir la vida de su hija. Aunque esto en el fondo me parece que es una buena imagen, el fantasma es en realidad el fantasma de la esclavitud y la humillación en el nuevo estado de cosas que es el nuevo estado norteamericano posterior a la Guerra Civil. En un nivel más floro es también el fantasma del racismo que asola Norteamérica.
Precisamente en las creencias mágicas de estos personajes, la niña asesinada, el fanstama, se encarna en una niña rediviva que solo ven todos los que conocen la desgracia. La niña progresivamente va llevando a la destrucción y la locura a Sethe. La hace involucionar y finalmente la destruye.
Creo haber encontrado el quiebre en las preguntas expuestas en mi primer párrafo leyendo Beloved. Por qué esta novela no se queda en el simple alegato ético de una frase que podría describir: por qué debemos recordar la esclavitud. Morrison parece tener una prosa poética que conoce bien el terreno que describe, no sólo el terreno interior de estos esclavos, sino también el terreno propio de Ohio, antes de que fuera un estado. Hay una prosa personal y llena de imágenes y colores que la traducción solo deja adivinar en su coherencia sintáctica y musical original. La novela en inglés debe ser harina de otro costal. Y justamente ése es el punto de quiebre. El lenguaje. Esa es la diferencia. Como siempre me quedo con alguna frase de alguna novela o ficción, casi siempre aleccionadora, lo mismo me pasó con
Beloved:
“Todo lo que ocurre al otro lado de la puerta de mi casa no es para mí. El mundo entero está en esta habitación. Aquí está todo lo que existe y todo lo que merece existir”. ¡Todo lo que merece existir!Dato adicional:
Jonathan Demme rodó una pela homónima en 1988 con Oprah Winfrey y Danny Glover en el reparto, prometo encontrar el trailer.