AGAINST NARRATIVITY*Desde que leí el post de
Fuguet sobre un ensayo del filósofo
Galen Strawson, la idea de una separación entre narrativos y episódicos, me parecía una diferenciación muy violenta. Hasta ahora y después de leer el artículo completo, no puedo decidir de qué lado estoy yo. La cosa se complica si tomamos en cuenta que además de ver mi vida de una manera quizá narrativa o quizá episódica, por otro lado yo escribo historias que a su vez podrían ser tamizadas según estas dos categorías. Doblemente problemático.
No sé qué tan clara sea la diferencia, según
Fuguet:
“hay gente que ve la vida como si fuera una historia (los "narrativos") y gente que siente que las historias no tienen importancia alguna, que lo importante es lo que uno es y lo que uno es no es más que su presente. Esta gente sería "episódica"”. Pero al leer completo el artículo de Strawson, me encuentro que la cosa no es tan simple. Lo cual me parece mejor. Sin embargo, antes de evidenciar la diferencia que aparentemente traza Strawson y sigue Fuguet, hay una problemática bastante más importante que subyace y es la base de toda la discusión. ¿De qué otra manera podemos pensar nuestra vida, sino es como una historia? Una historia que nos contamos, que evaluamos, que tergiversamos para sobrevivir, para perdonar, para gozarla relatándola, para autoflagelarnos. Una historia que se escribe día a día y que como la vida tiene un final que no conocemos, aunque quizá con el pasar de los años intuimos. Por eso, es obvio decir: todos somos una historia abierta y cuando alguien se interesa en ti es porque cuando tú te presentas, presentas una historia propia. Muchas veces la gente es muy artista y entonces presenta una historia enrevesada de su propia vida. O quizá la adorna porque tal como está, resulta poco atractiva (recordar
Big Fish). Pero fuera de las historias, de qué otra manera podríamos comunicar quiénes somos ahora, hasta este presente. Ese es el verdadero énfasis. La diferencia sin lugar a dudas es pertinente. En estos tiempos de éxitos y competencia, la gente suele despreciar el pasado y todo es presente e instante y si ese instante es glorioso entonces se trata de borrar lo anterior porque es incómodo y en esa historia exitosa, lo que no brille de esa forma será arrancado de ese libro autobiográfico. Esa sería una definición contemporánea de episódico. Esa imagen me gusta, arrancar un capítulo entero, descompaginar. Dejar el libro hueco para que cuando alguien lo lea, se extravíe y la historia se vuelva un misterio. Esto también a un nivel estructural.
Strawson denuncia que la mayoría tiene la visión preponderante de que la vida es narrativa, todos creen en una concatenación de hechos, íntimamente ligados hasta el presente. Lo cual a su vez es lógico. Toda causa tiene un efecto. Es racional pensar de esta forma. Sin esta visión no habría psicoanálisis. Y un producto básicamente moderno de esta visión son las novelas, porque básicamente son una concatenación de eventos (a veces ordenados, a veces desordenados, a veces el pasado es invisible pero está tácitamente presente). Pienso en las del siglo diecinueve, que son las ficciones que empecé a devorar antes de mi mayoría de edad. Pienso en los títulos tipo
Clarissa,
Pamela,
David Copperfield,
Tom Jones (precisamente en el nombre del protagonista se pretende englobar una vida y si se trata de una novela inglesa del periodo, las implicancias del pasado ya no solo se restringen a la vida del protagonista, sino que se saltan hasta la de los progenitores –recordar la parodia que es
Tristam Shandy). Qué eran estas ficciones sino novelas de aprendizaje, ¿qué se aprendía en ellas? La vida. No por nada Strawson cita en algún momento el término
Bildung. Visto de esta manera, creo que sí soy un narrativo.
El pasado lo explica todo según mi visión de las cosas. Y creo no admitir discusión en cuanto esto. Por eso un niño es puro, porque no tiene pasado. ¿Los amnésicos? Aquellos que aparecen como ángeles y luego son atacados por los demonios de la realidad, los recuerdos. ¿Quiénes son? (ver
Majestic). En la construcción de ficciones: sin pasado no hay nada. Esa sería mi aseveración. No hay materia ni fondo sobre el cual escribir. Quizá por eso no me gusten tanto esos cuentos o relatos minimalistas en los que lo anterior, el pasado, es eludido por una economía de recursos que disecciona la vida misma en una, digamos, fotografía. En ese sentido estos cuentistas son episódicos, aunque claro no seamos ingenuos estos escritores tratan de esconder el bagaje del pasado en un contundente chispazo, un fogonazo.
Un concepto muy bueno, muy de escritores me encantó en el floro de Strawson. La cosa iba más o menos así: los episódicos no son tan ignorantes ni despreciadores del pasado, sino que con ellos ocurre una suerte de “olvido” involuntario, una suerte de esclavo escritural en la memoria copia los eventos del presente sobre la escritura anterior (el pasado), pero en lugar de haberla olvidado la almacena “olvidada” en un lugar velado. Pero allí está ejerciendo su oscura influencia. Eso es
Freud, pensé. Eso es
palimpsesto (
Borges), eso es en suma la tácita presencia y poder del pasado. El mismo Strawson puntuaba su idea recordando a los músicos que entre sesión y sesión “olvidaban” un acorde, una melodía, que luego de un tiempo emergía poderosa en una sesión futura y cerraba una canción completa. Ese era un olvido involuntario, pero servía para la construcción de un presente diferente, que estaba oscuramente concatenado a un pasado velado.
Entre otras cosas entiendo que según Strawson para algunas personas es más fácil entender y ordenar su vida como una totalidad mediante la narrativa, pero que para otras es profundamente doloroso. Que para algunas ese control racional es a su vez pernicioso. Para otras ordenar su vida de esa manera es antinatural y una ruina. Leer este artículo ha sido un largo tour por diferentes temas polémicos acerca de cómo uno concibe su propia existencia. En todo caso es el tema de siempre, la eterna pregunta de quiénes somos y cómo nos entendemos a nosotros mismos: eso es identidad. Y es un tema tan antiguo como el amor o como la muerte.
*Bajar artículo.