Alguna música está destinada a ser escuchada, así como estamos destinados a los libros, estamos destinados a la vida que llevamos, a las personas que nos rodean, al país que cargamos a cuestas, la familia a la que pertenecemos, a las experiencias que nos circundan, al trabajo que soportamos. Como un personaje de Muholland Drive le señalaba al alter ego de Lynch: Con la misma actitud con la que enfrentas al mundo, así el mundo te tratará a ti. ¿Cierto? Esta frase podría tener su correlato en algún refrán. En fin, verdadero o no, recuerdo como si fuera ayer los inicios en la programación de Canal 9 cuando tenía 13 años. A diferencia de todos los chibolos de mi barrio, a mí me gustaba el rock, cuando todos morían por la salsa y sus venenos. Una buena escapatoria eran esos inicios, porque solían poner videos de esa música que me apasionaba. Recuerdo un video en especial, de un desconocido grupo neoyorquino Sonic Youth, era una canción que se llamaba Superstar. Eran días largos frente a esos veranos infinitos que solía llenar jugando fútbol en esa larga pista abandonada llamada La Costanera con ahora rancios jugadores de fútbol profesional, y todos aquellos púberes como yo, que seguramente ahora deben estar en la treintena de su vida. Algunos en los cuarenta. Ahora que estaba chekeando el Youtube, encontré este video de su último disco Rather Ripped. Un poema visual, lleno de sensaciones y colores, como el mejor poema simbolista.
Así debería sonar mi novela, mi siguiente novela. Y también alguien debería decir en ella, corriendo por La Costanera: I hope its not too late/ For me/ It's too good/ On this sea/Where the light/Is green.
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FRANCO. Del germ. Frank: libre, exento. Sencillo, sincero, ingenuo y leal en su trato. Liberal, dadivoso, bizarro y elegante. Desembarazado. Libre, exento y privilegiado. Patente, claro, sin lugar a dudas.
CAVAGNARO: es un apellido italiano originario de Parma pero extendido en Liguria, donde existe un río con ese nombre. Existen datos desde el siglo XIV. Pasaron a América desde el siglo XVI y en mayor cantidad desde el siglo XIX a Estados Unidos, Argentina y Perú. Hay estudios sobre la rama peruana que inició un Angelo Cavagnaro, de San Andrea de Verzi, que llegó en 1852 con toda su familia.