LA FERIA ESTA EN SAGA O EN RIPLEY

Antes de ayer domingo decidí darme una vuelta por la Feria del libro. Elegí premeditadamente hacerlo temprano con la esperanza de poder ver con calma lo que se estuviera exponiendo. Mis esperanzas eran dos como siempre: encontrar precios rebajados y la sección de libros en venta del invitado de honor: Italia. A la postre era de quienes esperaba bastante. Así que inicié mi recorrido. A primera vista se vendía más o menos lo mismo de siempre. Quizá en el mismo orden, la misma disposición, los mismos vendedores, quizá hasta usaban la misma ropa.
Uno de mis stands favoritos es el del Instituto de Estudios Peruanos. En esta ocasión sí quería comprar un libro que desde hace años le había echado el ojo y que nunca me había decidido a comprar, porque en mis avances siempre espero encontrar algo mejor y a mejor precio y solía dejarlo. Al final nunca lo compraba. No recuerdo el título del libro del IEP, pero siempre estaba ahí. Desde hace dos años que lo tomaba, lo hojeaba, leía la presentación y la contracarátula, pero luego lo dejaba pensando ya regreso, no te vayas librito. Es un estudio sobre las enfermedades en Lima del siglo XIX. Asequias y gallinazos, creo que ese es el título. En esta ocasión lo busqué y no lo encontré. Pregunté a la amable señora que atendía, pero me dijo naca la pirinaca. Y dándome un puntillazo final me informó que ese libro ya estaba agotado. Maldije y salí bastante molesto conmigo mismo por no haberlo comprado en su momento. Seguí dando vueltas para comprobar que había más de lo mismo. Los libros de García Márquez, de Vargas Llosa, de Cervantes, hasta que llegué a un stand que vendía libros de saldos de Anagrama y Lengua de trapo. Ninguno que me interesara, pero eso sí estaban 20 lucas. A ver quién se anima.
A diferencia de Océano, en Santillana sí hay ofertas. Creo que los libros del IEP y un stand que aglutina varios fondos editoriales universitarios (hace un par de años me compré un libro impresionante sobre los inicios del siglo XX) siempre ofrecen precios interesantes. También en la Univ. San Martín, los libros de crímenes en Lima de Jorge Salazar (un excelente periodista) también a 20 soles, suelen poner cosas interesantes en vitrina. Creo que hasta Peisa ofrecía libros con rebaja. La segunda novela de Elmore a 36 soles (me sigue pareciendo excesivo, fácilmente podría ser 20 señores de Peisa). Los de gastronomía (sí en Peisa) a 10 soles, ¡excelente! Pensé que los de Bryce podrían tener descuento, pero nada. A esa hora se veía solitario su anaquel.
Se me hacía un poco tarde, así que aceleré mi paseo. Llegué al stand central del invitado de la Feria y aquí va mi reflexión. Qué mal lo han hecho, la verdad. Se exhiben unos cuantos libros de algunas editoriales italianas, sobre todo TRADUCCIONES de escritores latinoamericanos o españoles (para qué), y en el espacio de ventas, fuera de ejemplares básicos para un público deseoso de conocer (¿algo más?) de la gran cultura italiana, la verdad que solo se vendían libros de los señores escritores italianos que han venido a Lima. O que mejor debería decir, se han tomado la molestia de venir a este rincón abandonado y huérfano para dar a conocer su casi no conocida obra por aquí. Pero me pregunto, ¿no hubiera sido mejor que vendieran sus libros a un precio más accesible (por un sano deseo de ser leídos, digo) o hubieran traído unas ediciones populares que sabemos existen tanto en Enaudi como en Mondadori (en mi casa tengo algunos ejemplares de ambas editoriales)? Y por si esto fuera poco, le pregunté al señor que muy gustosamente atendía el stand.
–Signore il libro di Pinocchio?
–Scusi.
¬–Libri di Carlo Lucarelli?
–Scusi signore, qui é Carlo Lucarelli?
–Io no ricordo il nomme in lingua italiana del libro di Calvino, scusi, Si una noche de invierno un viajero.
–Scusi, ma habiamo libri de Varonessi
Me retiré francamente molesto. Entiendo que el Perú sea un mercado insignificante para algunos escritores que incluso se pueden tomar la molestia de plantar a la organización. ¿Cuántos libros venderá Jorge Franco en Lima? ¿Cuántos libros vendería Veronessi traducido y todo? ¿Cuántos libros venderá la distribuidora que ha importado (supongo con gran esfuerzo) el último libro en inglés de Harry Potter? Supongo para los chicos del Humboldt. Mi esposa me aseguraba en broma, pero con cuanto juicio, “la gente va a esperar la versión pirata”. Claro, le digo, incluso en inglés y sino en español. Los escritores peruanos poco conocidos que están saliendo con Norma también deberían proponer que sus libros se vendan más barato, porque al precio que se están vendiendo no sé… Como ocurre con las de otras editoriales. Los peruanos, como reza el nuevo slogan patriota de dicha editorial, nos merecemos más. Nos merecíamos algo más de ti, Italia, en este mes de nuestra patria. Espero que Danilo Manera saque la cara por el país de las pizzas el próximo sábado.